Soji Inami | |
Debut | |
---|---|
Información | |
de Ojos |
|
de Pelo |
|
Estado Profesional | |
Estado Personal | |
Izumo Kamiki (Hija) Tsukumo Kamiki (Hija) | |
Galería |
Soji Inami (稲見総司 Inami Sōshi) fue el ex sacerdote principal del Santuario Inari y padre de Izumo Kamiki y Tsukumo Kamiki.
Apariencia[]
Soji era un hombre alto y fuerte, su pelo era corto y negro. Su frente estaba despejada ya que el pelo lo peinaba en dos mini-coletas a cada lado de la cara. Él vestía con un kimono japonés formado por una camisa y una chaqueta más oscura.
Personalidad[]
Soji era un hombre bastante interesado en sus propias metas llegando a no importarle las demás personas. Inclusio llegó a un acuerdo con una organización encubierta de los Illuminati para transformar a Inari en un lugar de turismo y garantizar el futuro de la región.
No parecía tener un fuerte apego ni a Tamamo ni a sus hijas, ya que no había visto a su amante durante bastante tiempo y nunca había conocido a sus hijas. Cuando Tamamo le invitó a conocer a sus hijas, Soji dijo que no le gustaban los niños por lo que si le seguía insistiendo se vería en la obligación de acabar la relación con Tamamo demostrando así que verdaderamente no las quería.
Historia[]
Soji tenía una relación amorosa con Tamamo Kamiki, con quien tuvo dos hijas, Izumo y Tsukumo. No obstante, Soji nunca quiso conocerlas y, por eso, vivían en casas separadas y se veían cada que tenían un tiempo libre. Durante todo sus años, Izumo jamás consideró a Soji como su padre. Durante cierta noche, Tamamo fue a una cita con Soji y hablaron sobre volver a Inari un lugar turístico con la ayuda de la asociación de los iluminados del futuro, los Illuminati; Tamamo estuvo de acuerdo e insistió que vaya a ver a sus dos hijas, pero él no quería. Le pidió que dejara de insistir con esa idea, porque no tenía interés en conocerlas, advirtiéndole que podría abandonarla en caso que siga perseverando con sus hijas.
A partir de entonces, Tamamo comenzó a comportarse de manera extraña, se volvió fría y despreocupada en su trabajo. Sus Byakko le advirtieron que debía dejar de realizar el ritual de Invocación Divina en tal estado, porque el demonio podría aprovecharse de su corazón débil y tomar posesión absoluta de su cuerpo. Aún así, Tamamo continuó cumpliendo su deber mientras sonreía. Con el tiempo, Tamamo abandonó a sus dos hijas y se fue a vivir con Soji, y no regresó nunca más. Eventualmente, Soji decidió poner fin a su relación amorosa con Tamamo, ésto provocó que su corazón se debilitara todavía más y el Zorro de Nueve Colas tomó ventaja de dicha debilidad para poseerla absolutamente. En tal estado, Tamamo asesinó a Soji y a muchos integrantes del templo.